Hace 66 millones de años, la Tierra vivió uno de los momentos más dramáticos de su historia. Un mundo dominado por enormes reptiles, desde el temible Tyrannosaurus rex hasta los veloces Velociraptor, desapareció casi por completo en un abrir y cerrar de ojos. La extinción de los dinosaurios no solo puso fin a su reinado, sino que abrió el camino para el ascenso de los mamíferos… y, mucho tiempo después, de nosotros.
Pero, ¿qué fue exactamente lo que causó esta catástrofe planetaria?
El impacto que cambió todo
La hipótesis más aceptada por la comunidad científica es conocida como la Hipótesis del Impacto. En 1980, los investigadores Luis y Walter Álvarez propusieron que un enorme asteroide, de unos 10 kilómetros de diámetro, se estrelló contra la Tierra en lo que hoy es la península de Yucatán, en México. El cráter que dejó este impacto, conocido como el cráter de Chicxulub, tiene más de 180 kilómetros de ancho.
El choque liberó una energía equivalente a 10.000 veces el arsenal nuclear actual del mundo. El cielo se cubrió de polvo y cenizas, bloqueando la luz del sol durante meses. La fotosíntesis se detuvo, las temperaturas bajaron bruscamente y las cadenas alimenticias colapsaron. Fue, literalmente, el inicio de un invierno global.
En 2016, un equipo de geólogos liderado por Sean Gulick perforó el cráter de Chicxulub y encontró evidencias claras del impacto: rocas alteradas por la energía extrema y rastros de azufre que apoyan la idea de un cambio climático súbito.
Volcanes desatados: la hipótesis de Deccan
Sin embargo, no todos los científicos creen que el asteroide fue el único culpable. Algunos estudios apuntan a las gigantescas erupciones volcánicas en la región de Deccan, en la actual India. Estas erupciones, que liberaron inmensas cantidades de dióxido de carbono y gases tóxicos a la atmósfera, comenzaron antes del impacto y pudieron haber debilitado gravemente los ecosistemas.
Una investigación publicada en la revista Science (2015) sugiere que los volcanes de Deccan provocaron un calentamiento global gradual que ya estaba poniendo en jaque a muchas especies, haciendo que el golpe del asteroide fuera aún más devastador.
¿Podrían haber sobrevivido?
Algunos dinosaurios pequeños, especialmente los emparentados con las aves, lograron sobrevivir. De hecho, los pájaros que hoy nos rodean son los descendientes directos de ciertos dinosaurios terópodos.
Paleontólogos como Steve Brusatte, autor del libro The Rise and Fall of the Dinosaurs (2018), explican que aquellas especies que lograron adaptarse a nuevas fuentes de alimento y a climas extremos pudieron continuar evolucionando mientras el resto del mundo colapsaba.
Un nuevo amanecer
Cuando el polvo finalmente se asentó, aproximadamente el 75% de todas las especies de la Tierra se había extinguido. Pero en medio de esta desolación, surgió una nueva oportunidad: los pequeños mamíferos que antes vivían a la sombra de los gigantes comenzaron a prosperar.
La extinción de los dinosaurios, aunque trágica, fue el primer paso para que, millones de años después, los humanos apareciéramos sobre la faz de la Tierra
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