Durante mucho tiempo, los neandertales fueron vistos como nuestros “primos torpes”, un grupo de homínidos extintos hace unos 40.000 años. Sin embargo, los avances científicos de las últimas décadas han cambiado radicalmente esa visión. Hoy sabemos que los neandertales no solo fueron hábiles cazadores y artesanos, sino que además una parte de ellos vive en nosotros: su herencia genética sigue presente en el ADN de la humanidad moderna.
¿Quiénes fueron los neandertales?
Los neandertales (Homo neanderthalensis) aparecieron hace aproximadamente 400.000 años en Europa y parte de Asia occidental. Eran una especie hermana del Homo sapiens, con la que compartían un ancestro común que vivió hace más de medio millón de años.
Tenían cuerpos robustos y adaptados al frío, una capacidad craneal incluso superior a la del humano moderno y una vida marcada por la supervivencia en ambientes glaciares.
Lejos de ser simples y primitivos, los neandertales demostraron un nivel sorprendente de complejidad: fabricaban herramientas sofisticadas, utilizaban pigmentos, cuidaban de los enfermos, e incluso enterraban a sus muertos, lo que sugiere la existencia de una forma de pensamiento simbólico.
El descubrimiento de su ADN
El cambio más importante en la forma en que entendemos a los neandertales vino con la revolución genética.
En 2010, un equipo liderado por Svante Pääbo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva logró secuenciar por primera vez el genoma completo del neandertal, utilizando fragmentos de ADN encontrados en huesos fósiles hallados en Croacia, España y Siberia.
Este hito reveló algo fascinante: los humanos modernos fuera de África comparten entre el 1% y el 4% de su ADN con los neandertales.
Esto significa que cuando los primeros Homo sapiens emigraron desde África y se encontraron con los neandertales en Europa y Asia, hubo mestizaje entre ambas especies. Es decir, nuestros ancestros no solo convivieron con los neandertales… sino que también tuvieron descendencia juntos.
¿Qué nos dejaron los neandertales?
El legado genético neandertal no es un simple detalle histórico; influye en quiénes somos hoy.
Diversos estudios han demostrado que algunos genes heredados de ellos afectan aspectos de nuestra piel, cabello, sistema inmunológico e incluso nuestro comportamiento.
Genes neandertales han sido relacionados con una mayor capacidad de adaptación al frío y a condiciones de poca luz solar.
Otros están implicados en la respuesta inmunitaria frente a virus y bacterias, lo que habría dado ventajas evolutivas a los humanos modernos que migraron a climas distintos.
Sin embargo, algunos fragmentos de ADN neandertal también se asocian con mayor riesgo de ciertas enfermedades, como diabetes tipo 2, lupus o depresión, según investigaciones publicadas en Nature y Science.
Curiosamente, también se ha descubierto que algunos genes neandertales influyen en el reloj biológico, el sueño, y hasta en cómo el cuerpo reacciona a ciertos medicamentos o a la exposición solar.
Un vínculo que nos humaniza aún más
Lejos de ser un vestigio de un pasado primitivo, el ADN neandertal demuestra que la evolución humana fue un proceso entretejido, lleno de interacciones, cruces y adaptaciones.
La separación entre “ellos” y “nosotros” ya no tiene sentido: los neandertales forman parte de nuestra historia biológica y cultural.
Además, investigaciones recientes sugieren que los neandertales poseían capacidades cognitivas avanzadas. Hallazgos en cuevas como las de El Sidrón (España) y Bruniquel (Francia) revelan estructuras simbólicas y uso de pigmentos, lo que indica pensamiento abstracto y comunicación compleja.
El estudio de los neandertales no solo nos enseña sobre el pasado, sino que también nos ayuda a entender quiénes somos hoy. En cada célula de nuestro cuerpo existe un pequeño eco de una especie que, lejos de ser un error evolutivo, fue una pieza fundamental en la historia de la humanidad.
Los neandertales no desaparecieron del todo: viven en nosotros, en nuestros genes, en nuestra resistencia, y en nuestra curiosidad por explorar el mundo que heredamos juntos.
Referencias científicas
Pääbo, S. et al. (2010). A Draft Sequence of the Neandertal Genome. Science, 328(5979): 710–722.
Green, R. E., et al. (2010). Targeted investigation of the Neandertal genome by array-based sequence capture. Science, 328(5979): 723–725.
Prüfer, K. et al. (2014). The complete genome sequence of a Neanderthal from the Altai Mountains. Nature, 505: 43–49.
Dannemann, M., & Kelso, J. (2017). The contribution of Neanderthals to phenotypic variation in modern humans: The story of skin and immunity. Current Biology, 27(11): 341–347


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